Aunque la pandemia del COVID-19 ha generado temor, miedo y ha paralizado la economía, “en La Naolinqueña hemos salido adelante gracias al trabajo perseverante y a la dedicación en el servicio a nuestros clientes”, así lo asegura su dueña, la señora Laura Martínez López.
Originaria de Misantla, la mujer que un día como hoy —hace 39 años— abrió una miscelánea en la calle principal de Las Trancas para vender la carne de los cerdos que su esposo mataba, dice que aunque esta enfermedad ha venido afectando a todos los sectores de la sociedad, a ella no le dio miedo, porque viene desde abajo y sabe que se puede salir adelante con trabajo.
“El éxito para mí es ser constante, ofrecer productos de calidad, con un sabor y un sazón único pero sobre todo con buena atención”, expresa desde su restaurante ubicado en el número 54 de la Avenida Principal de Las Trancas, entre los límites de Xalapa y Emiliano Zapata.
“Ha sido una larga historia, una larga trayectoria. Hemos mantenido un compromiso permanente con nuestros clientes y con nuestros trabajadores, para sacar este negocio adelante. 39 años se dicen fáciles pero no han sido fáciles. Hemos tenido alegrías, tristezas, de todo”, comenta.
—¿Cómo han sorteado la crisis del COVID?
“Ha sido muy difícil. A pequeños, medianas y grandes empresas. A todos nos ha pegado bastante. Sin embargo, creo que el buen comerciante o el buen empresario puede salir adelante, porque en mi caso estamos acostumbrados a trabajar, porque empezamos desde abajo, sin un peso, con una mano adelante y la otra atrás”, indica.
“Nosotros empezamos sin nada. Esto para nosotros ha sido muy difícil y sobre todo para mis colaboradores. He hablado con ellos. Les he dicho que hay que echarle ganas y que si llegamos a diciembre ya la hicimos y tendremos un mejor 2021”, comenta.
Medidas sanitarias extremas
Entre los retos de la nueva normalidad, refiere Laura Martínez López, han tenido que implementar medidas extremas de higiene y sanitización.
“Antes del COVID-19 siempre hemos cuidado la higiene, la limpieza y la calidad en nuestra cocina. Pusimos un lavabo en la entrada, para evitar que ingresen con las manos sucias y también colocamos un tapete sanitizante”.
“La verdad, tenemos a dos personas que vigilan ese protocolo en la entrada y si una persona no quiere seguirlo le decimos con mucha pena que no puede entrar al restaurante. Tenemos que ser extremos, porque se trata de que nos cuidemos todos”.
“En realidad, para nosotros no son tanto los cambios, porque las medidas siempre han sido las mismas. Sí son ahora un poco más exageradas, por ejemplo. Se van los que llegan a comer y los jóvenes de inmediato limpian la mesa, desinfectan. Estamos tratando de usar mucho cloro para los trastes, desinfectantes. A algunas mesas les quitamos los manteles para desinfectarlas directamente”.
Sin apoyo de Alcaldía
Laura Martínez López reconoce el apoyo que su restaurante ha recibido de las autoridades federales y estatales. Las primeras le dieron un crédito a su esposo hace más de 30 años, para consolidar el proyecto de “La Naolinqueña” y las segundas la han respaldado a ella y a sus trabajadores, para sortear los efectos del COVID-19.
Sin embargo, lamenta que las autoridades municipales de Xalapa, que preside Hipólito Rodríguez Herrero, no se hayan acercado para ofrecerles promoción turística o para reactivar la economía en cuanto empiece a mejorar el escenario de contagios y la nueva normalidad.
Dice que al director de Turismo, Luis Eduardo Ross, ni lo conoce, “no tengo el gusto de conocerlo” y lamenta que el municipio no haya previsto un programa de reactivación económica o al menos de promoción turística para recomendar este importante corredor gastronómico de la Capital.
“Pero mire, a pesar de todo aquí estamos. La pandemia del COVID-19 nos ha afectado pero ahora que la gente empieza a salir un poco más, nos vienen a visitar y tomamos todas las medidas sanitarias para cuidarnos y cuidarlos”.
Este miércoles 8 de julio, en la víspera del 39 aniversario, doña Laura Martínez y su equipo de trabajo atendió a 4 autobuses turísticos que llegaron a “La Naolinqueña”, guiados por la buena fama que ha logrado a lo largo de los años, conservando la calidad de sus productos, el buen sazón y las tortillas a mano.
“Nosotros crecimos convencidos de que el mejor apoyo lo tenemos que generar nosotros con nuestras propias fuerzas, con el respaldo de nuestros trabajadores y con nuestros clientes. Todo esto es parte de nuestra fortaleza y lo que nos hace salir adelante”, asevera.
Comenzaron con “una mesita”
Hace 39 años, rememora doña Laura, acababa de casarse y tenía muchas ganas de luchar. Al lado de su esposo pusieron la miscelánea en esta zona de Las Trancas y ahí, con una paila y carne colgada en el mostrador, empezó esta historia de esfuerzo.
“Así comenzó nuestra historia como matrimonio y como comerciantes. Le echamos muchas ganas. Empezamos con una mesita, donde comíamos él y yo. Yo hacía la comida ahí para no ir a la casa. La gente al vernos comer ahí, en nuestra mesita, nos decía: ‘oiga, por qué no nos vende de sus tortillitas, porque toda la vida nos ha gustado comer tortilla de mano’”.
—¿Qué caracteriza a “La Naolinqueña”?
“Las tortillas de mano, la atención, el sazón, lo natural, la higiene. Todos los platillos están hechos con mucho amor, como para chuparse los dedos”.
Laura Martínez López le apuesta en “La Naolinqueña” a los ingredientes naturales y frescos y no a la comida procesada o “rápida”.
“Para mí, esto es más sano que lo moderno. A mucha gente le gusta más la pizza o la comida rápida pero aquí nosotros ofrecemos un rico consomé de pollo, una sopa de médula, una sopa de setas, una ensalada o las enfrijoladas que tanto les gusta a chicos y grandes”.
Además, añade, el mole casero, la barbacoa de borrego, de ternera, de pollo, los mariscos frescos y la mejor arrachera de la región.
“Todos nuestros platillos son naturales. Me voy a Misantla o a Naolinco por la carne de res, por el puerco, que son naturales, que no están cargados de químicos o sustancias. Por ahí debemos de empezar, porque hay mucha clase de carne pero la de ‘La Naolinqueña’ es única”, indica.
Doña Laura Martínez López, que ha recibido en su restaurante a políticos y empresarios —al gobernador Patricio Chirinos Calero le gustaba pasar a comerse unos taquitos de carnitas junto a la paila—, dice que nunca le ha tenido miedo a la competencia, “porque la competencia nos sirve para aprender de ellos, para ser mejores”.
“A nosotros nuestra fortaleza nos ha permitido salir adelante”, reitera para señalar que a pesar del espanto que les ha causado el COVID-19, “estamos seguros que saldremos adelante y que tendremos que acostumbrarnos a ser muy cuidadosos en la higiene y la sanidad, para cuidarnos entre todos”, concluye.
Trabajo realizado con el apoyo de: Journalism Emergency Relief Fundhttps://newsinitiative.withgoogle.com/journalism-emergency-relief-fund/