La consultora Deloitte indica que las soluciones de financiamiento se presentan en calidad de urgentes para las empresas afectadas por el cierre de la economía derivado de la pandemia, ya que gran parte de ellas enfrentan semanas y, posiblemente, meses de condiciones comerciales y de mercado desfavorables, así como deficientes.

En su informe Soluciones para la Tesorería en tiempos de crisis se señala que el aislamiento dictado para prevenir contagios provocó fuertes impactos a nivel operativo en el universo empresarial: “Equipos completos de trabajo en cuarentena, fallas en la cadena de suministro, escasez de inventario y reducción repentina sobre la demanda por los clientes, son factores que están generando serios problemas para las empresas a nivel general, sin importar los sectores”.

Para la mayoría de los empresarios, refiere, la reducción de sus ingresos durante el periodo de contingencia sanitaria representa una pérdida permanente, ya que solamente una mínima parte contempló medidas preventivas o planes de acción efectivos ante un escenario de crisis como el presente.

“Son pocas las empresas capaces de mantener un margen adecuado ante las posibles reducciones, no estacionales o atípicas, en
 sus líneas de crédito recurrentes. Otras empresas, se ven en la necesidad de acercarse con sus bancos para reestructurar sus pasivos o renegociar sus líneas de crédito”. 

El documento considera que, derivado del panorama anterior, la urgencia y necesidad de liquidez y capital de trabajo para la continuidad del negocio, hacen que las compañías incurran en créditos que presentan condiciones desfavorables y que no son competitivas en el mercado.

Para los analistas, las empresas deberán preguntarse cuánto efectivo necesitan y por cuanto tiempo: Es importante hacer un nuevo pronóstico de las operaciones y el flujo de efectivo en tiempo real, en el que se consideren supuestos, afectaciones del mercado y el impacto que tendrán los mismos en el aspecto comercial. Asimismo, es indispensable cuidar la posible variación en el capital de trabajo en el entorno financiero actual y considerar la posibilidad de escenarios aún más estresados.

Los directivos también deberán medir la capacidad máxima de endeudamiento de la empresa, tener en cuenta las necesidades primordiales para su continuidad, considerar la revisión de las fuentes de capital y los bienes que pudieran ser usados como garantía para solicitar una línea de crédito, contemplar y evaluar si es preciso pedir un nuevo fondeo, y contar con un plan de acción para la distribución de capital si se solicita una línea de crédito adicional, puntualizan.

El estudio recomienda que, antes de solicitar un préstamo, se realice un análisis completo sobre las opciones que hay en el mercado. Se debe tomar en cuenta a instituciones o prestamistas especiales, así como organizaciones o fondos que dan créditos en situaciones no ordinarias.

“Aunado a lo anterior, siempre es importante considerar la capacidad máxima de endeudamiento de la empresa para poder vislumbrar escenarios estresados con base en ratios o covenants, para contemplar hasta dónde se puede apalancar la empresa”.

Deloitte recuerda que hay casos de empresas que aún no se han visto afectadas. “Sin embargo, es de suma importancia que la directiva y los equipos de gestión tengan presente el tema del COVID-19 para tomar medidas preventivas y cubrir los posibles impactos a corto plazo a los que se enfrentarán. Este plan de contingencia podría generar reserva de insumos y flujos esenciales para la continuidad del negocio, en caso de que la situación en la que vive el país se prolongue”.

En este escenario, indica, muchas empresas deberán encontrar nuevas fuentes de financiamiento, optimizar el capital de trabajo y establecer escenarios de proyección de flujo de efectivo, tomando en cuenta la situación de mercados volátiles y la reducción de ingresos que estamos enfrentando.

A su vez, se recomienda hacer una gestión de riesgos financieros; llevar a cabo una reducción de costos financieros vinculados a la tesorería y hacer más eficientes los procesos a nivel operativo, para generar un ahorro, y centralizar el efectivo, para que la empresa tenga mayor poder de negociación con las instituciones bancarias.


Trabajo realizado con el apoyo de: Journalism Emergency Relief Fundhttps://newsinitiative.withgoogle.com/journalism-emergency-relief-fund