Durante la contingencia, los niños y jóvenes de Xopilapa, Municipio de Teanampa, tambien tienen que tomar clases a distancia a través de dispositivos electrónicos: televisión, computadora o celular. Sin embargo, muchas familias no cuentan con los servicios necesarios para tener una educacioÌn de calidad, pues la señal es inestable, el Internet se corta y la mayoría de las familias no cuentan con televisión o celular, expuso Eleuterio Espejo, estudiante de la Universidad Politécnica de Huatusco.
El joven comenta que el Internet llegó al pueblo apenas hace dos años gracias a una compañía independiente que colocó unas antenas en la cima del cerro Cotlamanis, el cual recibe la señal del pueblo vecino, Santa María, que a su vez recoge la señal de Xalapa.
De acuerdo a los habitantes de la zona, el servicio de Internet tiene un costo de 5 pesos por dos horas y la señal se satura cuando muchas personas están conectadas, es inestable, lenta; se va con las tormentas y puede tardar hasta un día en regresar, por lo que así es muy difícil acceder a una educación de calidad.
“Cuando tenía que hacer mi examen de ingreso a la universidad no pude porque el Internet estaba demasiado lento, nunca cargaba la plataforma. Así que tuve que hablar a la escuela y explicarles lo que estaba pasando. Por suerte ellos me entendieron y me dieron otra oportunidad”, recuerda Eleuterio.
La educación a distancia también ha implicado un gasto más para las familias, porque ahora tienen que salir de la comunidad a imprimir los cuadernillos de trabajo que les encargan los docentes a los niños.
Esto significa gastar 150 pesos en el viaje a Jalcomulco u otra comunidad cercana que cuente con impresora. La renta de 5 pesos por dos horas de Internet para descargarlos y pagar entre 70 y 80 pesos por la impresión de los pliegos.
Los gastos anteriores se multiplican dependiendo del número de hijos que haya en cada familia, lo que representa una gran inversión cuando estamos hablando de personas que ganan solamente unos 70 pesos en un día de trabajo.
Mireya García Xico, madre de dos niños que cursan la primaria, mencionó que es difícil que los niños puedan ponerse al corriente en sus estudios, “porque hay cosas que nosotros no entendemos y no podemos aclarar sus dudas; sin embargo, cuando iban a la escuela el profesor les explicaba lo que no comprendían”.
Otro de los problemas que acarrea la educación a distancia es que la falta de infraestructura hace que las comunidades apartadas como esta cuenten con una señal de televisión inestable e inclusive que no se puedan ver algunos canales, por lo que las transmisiones de “Aprende en Casa 2” son más limitadas.
Alberta Gregorio Santiago expresa su preocupación porque su pequeña Dana Paola, estudiante de sexto grado de Primaria, al no poder seguir el programa de educación que le toca en la mañana lo tiene que ver hasta en horario nocturno, a las 11 de la noche. “La tele de mi suegra no agarra el canal donde pasan las clases temprano”.
Además, refiere que se le complica ayudar a su hija con la educación a distancia porque solamente estudió hasta secundaria: “Le ayudo nada más en lo que puedo, lo que no puedo pues lo dejo así”.
Aunado a esto las familias han perdido sus fuentes de ingresos ya que muchos padres de familia no pueden salir a trabajar fuera de la comunidad. Muestra de ello es Porfiria Espejo Morales, quien comenta que la pandemia les ha afectado bastante. “No tenemos ingresos, los esposos no están chambeando diario y nada más vivimos de lo que cultivan en el campo”.
“Para mí el estudio era necesario porque yo veía en la gente o en la tele que si estudias te irá mejor o alcanzarás algo más, pues si eso es necesario, adelante, me voy a estudiar” dijo Eleuterio, estudiante ya de la Universidad, pero ¿qué hacer cuando aún con ganas, las dificultades sobrepasan las posibilidades?, concluyó.
Este panorama es sólo una muestra de como la pandemia hizo más visibles las desigualdades que hay entre las zonas rurales y las urbanas. La educación a distancia es una utopía en las comunidades como Xopilapa que no cuentan con la infraestructura de comunicación adecuada para recibir las clases a distancia, donde para imprimir un cuadernillo gastan lo que ganan en un día de trabajo y en las que los padres tienen una educación tan básica que no les permite apoyar a sus hijos cuando tienen dudas sobre las clases televisadas.
Katia Dorantes