El bariatra académico del Departamento de Salud Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Daniel Pahua Díaz, explicó que la obesidad es uno de los factores de riesgo de mayor importancia entre las personas que parecen COVID-19, ya que produce una inflamación crónica que debilita el sistema inmunológico y afecta a otros órganos.
Durante la charla virtual “COVID-19 y Obesidad”, el especialista explicó que, de acuerdo con las estadísticas, las personas con obesidad que contraen el SARS-CoV-2 tienen un 113% más posibilidades de ingresar a un hospital que las que tienen un peso saludable, un 74% más de posibilidades de ser ingresadas en la Unidad de Cuidados Intensivos y un 48% más de posibilidades de morir.
Lo anterior es una situación especialmente preocupante en nuestro país, ya que el 75.2% de adultos con más de 20 años que tiene obesidad y sobrepeso, una cifra que se ha incrementado en el comparativo temporal. A su vez, si analizamos los casos confirmados con este Coronavirus, tenemos que un 18.4% padece también obesidad, mientras que el 19.62% tiene hipertensión y el 15.72% diabetes, dos enfermedades que pueden ser generadas por problemas metabólicos derivados del sobrepeso y la obesidad, especificó.
Otros padecimientos que puede causar este exceso de peso son enfermedades cardiacas, problemas renales, algunos tipos de cáncer y afecciones en el hígado y en el pulmón, mismos que hacen al cuerpo humano más susceptible de enfermarse de gravedad de COVID-19, dijo.
“El problema es que, para evitar el sobrepeso y la obesidad, es fundamental mantener un equilibrio entre la cantidad de calorías que consumimos por medio de nuestra alimentación y la cantidad de calorías que gastamos a través de la actividad física. Esto nos lleva en automático a pensar en este periodo de aislamiento derivado de la pandemia, mismo que se ha prolongado y durante el cual la cantidad de calorías que necesitamos ingerir ha disminuido y que además genera situaciones como ansiedad, estrés, depresión, que nos pueden predisponer a un consumo mayor de ciertos alimentos que no suelen ser los más saludables, lo que incrementa las posibilidades de desarrollar sobrepeso y obesidad y, a su vez, hace más probable que si nos contagiamos de SARS-CoV-2 nos enfermemos de gravedad”.
El bariatra indicó que el sobrepeso y la obesidad van a provocar un debilitamiento del sistema inmunológico, porque se encuentra en un estado crónico de inflamación denominado meta inflamación, la cual no es dolorosa pero va a ir dañando poco a poco diferentes órganos y merma el estado óptimo de funcionamiento de nuestro cuerpo.
Las patologías físicas que hacen que las personas con obesidad sean vulnerables al COVID-19, comentó, comienzan con la mecánica: La grasa abdominal empuja hacia arriba el diafragma, lo que hace que ese músculo comprima los pulmones y restrinja el flujo de aire.
Recordó que las partículas virales como el SARS-CoV-2 pueden provocar reacciones inmunes innatas en el huésped a través de diferentes mecanismos, incluida la alteración de unas células llamadas macrófagos alveolares, ubicadas en el pulmón y de la cascada de complemento, que es un mecanismo de defensa basado en anticuerpos; pero la obesidad hace que no exista una respuesta tan acertada.
“La obesidad provoca que no sólo haya menos células de inmunes, sino también hace que sean menos efectivas, lo que incrementa el riesgo de gravedad al padecer COVID-19”.
En las personas sanas, las células de los vasos sanguíneos normalmente hacen que la sangre no se coagule, pero el virus daña estas células, por lo que el cuerpo responde a esta agresión activando el sistema de coagulación y hace que se formen trombos en los pulmones. Esto representa un problema mayor en las personas con obesidad, ya que esta enfermedad también afecta las células de los vasos sanguíneos y aumenta las posibilidades de coagulación, puntualizó.
Derivado de lo anterior y para evitar otras enfermedades, dijo, es fundamental prevenir la obesidad y el sobrepeso, al aumentar la ingesta de frutas y verduras, evitar consumir carnes rojas y embutidos, consumir grasas saludables, restringir la ingesta de alimentos ultraprocesados, no tomar alcohol, beber 1.5 litros de agua al día y realizar actividad física.
Asimismo, explicó que es necesario cambiar ciertos estilos de vida, ya que el sobrepeso y la obesidad también pueden ser producidos por medicación, estrés, cantidad y calidad del sueño y hormonas, así como factores genéticos, sociales, culturales y hasta medioambientales.
Trabajo realizado con el apoyo de: Journalism Emergency Relief Fundhttps://newsinitiative.withgoogle.com/journalism-emergency-relief-fund