“Ver morir a un paciente siempre es difícil, pero ver a los compañeros morir en nuestros brazos y saber que ya no se puede hacer más por (causa de) la enfermedad es triste”, así relata su experiencia en la lucha contra el COVID-19, Pablo Zavaleta Zendejas, enfermero operativo de la Unidad de Cuidados Intensivos del Centro de Alta Especialidad “Dr. Rafael Lucio” y del Instituto del Seguro Social de Xalapa, Veracruz.
Pablo, quien también es catedrático de la Facultad de Enfermería de la Universidad Veracruzana en Xalapa y quien se encuentra luchando contra la pandemia desde la primera línea, donde es testigo de los pacientes que ingresan al hospital abatidos por el virus así como de la pérdida de sus colegas, expresó su frustración ante el actuar de la sociedad y la pandemia.
El catedrático explicó que tras su experiencia se ha visto que la enfermedad causada por el SARS-CoV-2 tiene tres etapas: la de 3 a 6 días es la leve, con la que únicamente se requiere un tratamiento en el “triage”, una clasificación médica donde se cataloga la gravedad del cuadro sintomático y en el caso de ser leve, se manda al paciente a su casa.
La segunda etapa es del día 3 al 6, donde normalmente son las personas que no asistieron al hospital por miedo y por los rumores que se dieron en torno a los nosocomios, “son las personas que no hicieron caso, por miedo, por la ignorancia de decir, en los hospitales matan gente”, en esa etapa aún se puede revertir la enfermedad, aún están a tiempo de salvar al paciente.
Por último, la etapa tres, la cual se encuentra entre el día 6 y 9, refiere que en ese momento ya no se puede hacer nada por el paciente debido a la gravedad del cuadro respiratorio que ya presentan: “Se le hace la tomografía y ya está todo blanco, lleno de virus, de secreciones, todo inflamado y ya es difícil revertirlo; en los siguientes tres días va a morir”, aseveró.
En el camino ha habido una gran diferencia, añade, “en el principio se morían más, ahora sólo mueren quienes llegan demasiado tarde al hospital”. Comenta que las noticias falsas y los rumores en torno a las muertes en los hospitales generó psicosis colectiva y las personas que se contagiaban preferían no acudir a las clínicas por miedo y por ignorancia.
Lo anterior coincidió con los datos que la Secretaría de Salud manejaba como el menor número de muertes, explicó, porque al dejar de acudir a los hospitales ya no se tenía un número de registro certero de muertes por COVID-19. Ahora morían en su casa “por neumonía” o por alguna otra afección. Sin embargo, esta sintomatología también es derivada de la enfermedad COVID-19.
“Son más de 10 mil casos que no se han registrado. Pueden decirnos que son 10 mil o 13 mil contagiados y que sólo ha muerto el 3 por ciento o 4 por ciento de manera estadística, pero no es cierto. En un grupo de Facebook referente al SARS-Cov-2, donde se reportan las defunciones, aparecen al menos de 4 a 6 casos por día”, aseveró.
Por otra parte, destacó que en el Estado de Veracruz se encuentra la cepa más agresiva del Coronavirus esto debido a los altos niveles de comorbilidades que presenta la entidad, como la obesidad, hipertensión, diabetes, cáncer. “Esas comorbilidades son un caldo exclusivo para el COVID y se vuelve aún más agresivo”, afirmó.
Al respecto, el doctor René Hernández Zapata, médico adscrito a la Unidad de Cuidados Intensivos del Centro de Alta Especialidad “Dr. Rafael Lucio”, menciona que una persona puede ser joven, con obesidad, hipertensión, ser fumador y presentar un cuadro grave por la enfermedad de igual manera que una persona de la tercera edad la podría padecer. Añadió que se ha tenido una especial incidencia en personas mayores de 55 años y resaltó que también la enfermedad por Coronavirus es más frecuente en hombres.
“La gente no nos cree hasta que tiene a un paciente en su casa, a un familiar, un conocido, un vecino, un compadre, que ven que se murió.” Durante esta lucha contra la pandemia afirmó que lo más cansado y lo más difícil ha sido ver que la gente sigue sin cuidarse, sin hacer caso a las medidas sanitarias, verlos como seguían haciendo fiestas. “Al caminar por la calle, 7 de 10 personas no están usando cubrebocas”, recalcó el catedrático en enfermería.
“SE EMPEZARON A INFECTAR COMPAÑEROS DE TODAS LAS INSTITUCIONES DE SALUD”
Relata que en el Centro de Alta Especialidad del turno vespertino se contagió uno de sus compañeros, del turno nocturno otros dos colegas; uno se fue a su casa, la otra permaneció hospitalizada una semana para después ser trasladada a su casa directamente desde terapia intensiva, también otro de sus amigos médico subdirector, quien no presentaba ninguna comorbilidad; era atlético, de 68 años de edad, pero a quien lamentablemente el COVID le cobró la vida, así también otro subdirector quien se negó a irse de resguardo a su casa, pues quería seguir apoyando para salvar vidas y perdió la suya en la lucha. Fue el primer fallecimiento del personal del CAE.
En cuanto al personal del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), comentó que dos de sus compañeros enfermeros camilleros, jóvenes entre 25 y 27 años, también perecieron por el Coronavirus. “Ver a un paciente morir siempre es difícil, pero ver a un compañero que fallezca en tus manos, es lo más horrible, las charlas que teníamos en el pasillo, el ver que ya no está. Es muy difícil.”
Mencionó que el IMSS, tiene el mayor número de contagios entre el personal de salud a nivel nacional, más que la Secretaría de Salud. “La sociedad médica ha sido quien ha puesto las esquelas, las fotos en el hospital de quienes han fallecido y los honramos”, expuso.
Además, el personal de intendencia también se ha contagiado; lamentablemente este sector del personal de salud cuenta con pocos recursos ganando solo un poco más que el salario mínimo establecido en el 2020. Ellos no cuentan con el equipo y apoyo necesario a pesar de ser quienes se encargan de limpiar mangueras, frascos de aspiración, desinfectar cualquier superficie y velar por el cuidado de los enfermeros y médicos de las clínicas.
“Yo les he regalado equipo y quiero darles un agradecimiento especial al personal de intendencia porque ellos nos cuidan mucho. Todo lo que tocamos lo desinfectan así que si los cuidamos a ellos, ellos también a nosotros.”
“LLEVO 6 MESES SIN ABRAZAR A MIS HIJAS”
El trabajador por la salud, además de estar en constante lucha contra el virus, también es padre de familia, “tengo dos hijas, una de 17 y una de 12 años de edad. Cuando yo me voy al trabajo, me dicen –que te vaya bien pa’- antes siempre me daban un abrazo; llevo 6 meses sin poder abrazarlas, porque represento un riesgo de contagio para ellas”.
“Siento coraje, siento frustración, porque yo estoy dando mi vida, todo el personal de atención en salud estamos dando nuestra vida por salvarlos a ellos, desconocidos totalmente. Sé que es nuestro trabajo pero me enoja, me molesta, me frustra que la sociedad no nos hace caso en las recomendaciones que les hacemos desde hace ya más de 6 meses”, expresó.
Añade que la sociedad les echa la culpa a las autoridades federales o estatales por no mitigar el número de contagios, pero en este momento, a seis meses de que la pandemia haya comenzado en nuestro país, la población es responsable de su propia salud, afirmó.
Por último, hizo énfasis en que el subsecretario Hugo López Gatell pronosticaba 60 mil infectados por COVID-19 en México, sin embargo a la fecha, van más de 70 mil vidas perdidas debido al Coronavirus, por lo que insistió a la población a seguir manteniendo las medidas de salud, de no bajar la guardia ante el protocolo de higiene de entrada y salida de su hogar, para así poder prevenir cualquier posible contagio y preservar la vida, a toda costa.
Trabajo realizado con el apoyo de: Journalism Emergency Relief Fundhttps://newsinitiative.withgoogle.com/journalism-emergency-relief-fund