La jefa de la Subdivisión de Investigación Clínica de la Facultad de Medicina de la UNAM, Rosa María Wong Chew, informó que ciertos estudios muestran que la aplicación de la vacuna de la influenza estacional disminuye el riesgo de que exista una co-infección viral de esta enfermedad con el SARS-CoV-2. Este tipo de padecimiento incrementaría el riesgo de morir por COVID-19 en un 5.8%, por lo que la inmunización contra la influenza disminuiría la mortalidad.

En este contexto, refirió que dentro de las co-infecciones virales asociadas al nuevo coronavirus, el 24% pueden ser influenza A y B, por lo que es muy importante prevenir esta enfermedad. En el mismo supuesto se encuentra la vacuna del neumococo, ya que estas bacterias también producen co-infecciones que incrementan la mortalidad producida por COVID-19.

Durante la plática virtual Dos enfermedades de época, influenza y COVID-19, la especialista habló de las similitudes que presentan estos dos padecimientos, los cuales tienen el potencial para generar brotes y pandemias; causan infecciones respiratorias; los cuadros que presentan van desde asintomáticos hasta enfermedad severa y la muerte; se transmiten por contacto, gotas y por tocar objetos contaminados, y las medidas de salud pública para evitar contagios son similares: estornudo de etiqueta, lavado de manos, desinfección de superficies, etc..

Las diferencias son que la influenza tiene un periodo de incubación de 3 días y el COVID-19 en promedio es de 5 a 7 días, aunque puede variar desde 1 a 14 días; el COVID se disemina más fácil y causa mayor gravedad en algunas personas; su periodo pre-sintomático y la contagiosidad es mayor, y la mortalidad de este último padecimiento se ubica a nivel mundial entre el 3 y el 4%, mientras que en la influenza está en el 0.1%, especificó.

Rosa María Wong recordó que la influenza se transmite a través del estornudo, la tos, el habla y artículos contaminados por partículas viables que pueden permanecer en superficies no porosas como acero y plástico durante 24 a 48 horas, o en ropa, papel y tejidos por 12 horas.

El cuadro clínico consiste en fiebre elevada de más de 38 grados centígrados, dolor de cabeza, cansancio y malestar intensos, tos seca, ardor de garganta, congestión nasal y dolores musculares intensos. Afecta a todas las edades y la epidemias se dan principalmente en invierno y los casos de muerte se presentan sobre todo en niños pequeños y adultos mayores, los casos más graves se presentan en personas con antecedentes de enfermedades pulmonares o cardiacas. Para su tratamiento existen antivirales y ya hay vacunas que nos permiten prevenir el contagio, refirió.

Por su parte, señaló que el COVID-19 ha presentado 40.9 millones de casos en todo el mundo y ya hay 1.13 millones de decesos, mientras que México reporta 860 mil casos y más de 86 mil  893 muertos, y la mayor concentración de pacientes se encuentra en el Estado de México y la Ciudad de México.

El SARS CoV-2 se transmite también por vía respiratoria, y a través de objetos contaminados, refirió, pero además se contagia principalmente por aerosoles, por lo que en un entorno cerrado, en el que existe mucha gente, hay mayor probabilidad de enfermarse.

El cuadro clínico  de esta enfermedad consiste en fiebre elevada, mayor de 38 grados, tos, dificultad para respirar, fatiga, dolores musculares, dolor de cabeza, pérdida del olfato y gusto, dolor de garganta, congestión nasal, nausea y vómito y diarrea. Afecta más a adultos, que pueden presentar cuadros de leves a graves, y los casos de gravedad y muerte se despliegan sobre todo en adultos y aquellos que tienen comorbilidades como hipertensión, diabetes, obesidad y cáncer, precisó.

“A diferencia de la influenza, lo que hemos visto con el SARS CoV-2 es que no solamente afecta al pulmón, también puede dañar al corazón, los riñones, el intestino, el sistema nervioso central, los ojos, la piel, la coagulación, produce pérdida del olfato y del gusto, y afecta a las embarazadas”.

La especialista en enfermedades infecciosas recordó que el 11 de octubre se reportó el primer caso de COVID-19 e influenza en nuestro país, por lo que en este panorama, es fundamental que se aplique la vacuna de la influenza.

Si bien es cierto que no tenemos una vacuna que sea 100% efectiva para la protección, en el caso de la influenza hay una protección para infección severa, ya que hay estudios que muestran que el 90% de los pacientes hospitalizados no recibió la vacuna, especificó.

En ese sentido, dijo que el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP, por su nombre en inglés) recomienda que todas las personas mayores de 6 meses se vacunen; los niños de entre 6 meses y 8 años requieren 2 dosis con un mes de diferencia si es su primera vacunación, y si recibieron una dosis el año pasado sólo se aplicaría una dosis este año.


Trabajo realizado con el apoyo de: Journalism Emergency Relief Fundhttps://newsinitiative.withgoogle.com/journalism-emergency-relief-fund