Durante la presentación del informe de la CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, la Fundación Euroamérica y la Fundación Iberoamericana Empresarial denominado América Latina, una agenda para la recuperación, el líder del equipo que elaboró este documento, Román Escolano Olivares, señaló que es evidente que la región se podría encontrar en vísperas de otra nueva década perdida y, para evitarlo, debe afrontar la crisis generada por el COVID-19 “a corto plazo con determinación y con amplitud de miras en el largo plazo”. 

En el evento retransmitido de manera virtual, el economista explicó que América Latina es una de las regiones que más está sufriendo la pandemia y los pronósticos apuntan a que la recuperación va a ser lenta y frágil. El Producto Interno Bruto (PIB) global podría caer más del 5% en 2020 y para el conjunto de América Latina esta cifra disminuiría más del 9%, especificó.

Según datos recientes, dijo, la pobreza registrará un repunte de más del 5% en la región y las pérdidas en términos de renta per cápita corren el riesgo de devolver al continente a niveles de hace una década. Se espera que el impacto de ambos fenómenos sea todavía mayor para el 40% de la población que es especialmente vulnerable y, en particular, para las mujeres.

Asimismo, aclaró que los gobiernos de la región están agotando, si es que no lo han hecho ya, el reducido espacio fiscal del que disponen para las inversiones necesarias y la protección y el bienestar de las familias, particularmente de los grupos vulnerables. “Los paquetes de medidas fiscales que se han puesto en marcha en América Latina representan cerca del 4% de la región, frente a más del 15% en Europa o en Estados Unidos”.

En particular, los menores niveles de recaudación tributaria aumentan los déficits primarios del conjunto de economías latinoamericanas, los cuales están generando un repunte de los niveles de deuda, que se espera que aumenten más del 10% a final de este año, refirió.

“Al mismo tiempo, y debido a estos motivos, los países de América Latina se están exponiendo a una mayor vulnerabilidad en materia de acceso a la financiación. Si se incrementasen en un futuro las tasas de interés en Estados Unidos, los niveles de endeudamiento podrían tornarse insostenibles, elevándose a niveles superiores al 80% del PIB en buena parte de los países de la zona. La expectativa y el temor a lo que esto produzca ya está dando lugar a revisiones en las calificaciones crediticias, incluyendo cambios de perspectiva negativa en países tan importantes como México, Chile, Colombia o Costa Rica”.

“El informe destaca que los canales de transmisión del impacto económico de una crisis rara vez se han manifestado todos al mismo tiempo y todos en toda la región, como son la caída de las exportaciones y el precio de las materias primas, la salida de capitales y los problemas de financiación a corto plazo, el freno al turismo y la caída en las remesas de los inmigrantes”, especificó Ramón Escolano.

El antiguo Ministro de Economía, Industria y Competitividad de España comentó que, a la luz de estos difíciles datos y para salir del paso de la crisis, es necesario aportar respuestas concretas. “Esto es lo que pretende el documento, planteando una recuperación basada en formas estructurales, orientadas a reforzar la competitividad, la resiliencia y la sostenibilidad de las economías de la región”.

“Desde un principio, queríamos enfocar las recomendaciones del informe a las autoridades de la comunidad iberoamericana en dos grandes voces: En primer lugar, animando a dichas autoridades a coordinar sus posturas en el marco del G-20, para aumentar su capacidad conjunta de influir en la agenda única; en segundo lugar, presentando un conjunto de propuestas concretas para apuntalar la recuperación de las diferentes economías individuales”.

En este contexto, las recomendaciones a las autoridades incluidas en el informe son:

1. Reforzar la influencia de la Comunidad Iberoamericana en la Agenda Global, invitando a una mayor coordinación de los cuatro países de la Comunidad participantes en el G-20.

2. Utilizar plenamente la capacidad de préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y realizar una emisión adicional de hasta 1 billón de Derechos Especiales de Giro con el objetivo de que la liquidez creada por las políticas de Quantitative Easing en los países centrales se extiendan también al conjunto de economías emergentes y en particular a Latinoamérica.

    3. Acometer sin dilación un incremento de capital de todos los bancos multilaterales que operan en Latinoamérica, en particular el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la CAF.
4. Utilizar medidas de expansión cuantitativa por parte de los bancos centrales nacionales que tengan capacidad para hacerlo como respuesta a la caída de la demanda provocada por la crisis sanitaria, condicionadas a la creación de crédito de empresarial.

5. Extender la red de swaps y repos del Banco Central Europeo (BCE) y el Sistema de la Reserva Federal (FED) a los bancos centrales de la región, utilizando la intermediación del FMI con el objetivo de que estos tengan acceso a financiación en divisas en condiciones preferenciales y puedan hacerla llegar a la economía productiva. Asimismo, se recomienda valorar otras vías que contribuyan a la estabilización de la zona.

6. Avanzar decididamente hacia una mayor integración económica y comercial como la mejor vía para apalancar un crecimiento sostenido en el tiempo y para aprovechar y optimizar el peso real de la región en la agenda global.

7. Abordar los desafíos pendientes y mejorar los marcos normativos y regulatorios, la gobernanza institucional, el clima de inversión y las nuevas fórmulas de financiamiento para potenciar y generalizar el desarrollo de Alianzas Público Privadas, facilitando así la transición hacia una economía verde.

8. Invertir en crear y reforzar los ecosistemas digitales. Solo así podrá cerrarse la brecha digital, al tiempo que se atrae a la mayor parte de los ciudadanos de Latinoamérica al mundo de la inclusión económica y social, precondición para la resiliencia y el progreso.

9. Acometer una reforma de la “segunda oportunidad” empresarial. La suspensión temporal del deber legal de solicitar el procedimiento concursal en aquellos países del ámbito iberoamericano en los que este existe e implementar —al menos de manera temporal— normas específicas para un tratamiento rápido y simplificado de los concursos en aquellos países en los que aún no existe.

    10. Promover la inversión social y la economía de impacto, el emprendimiento social y la responsabilidad social empresarial para tratar de mitigar los efectos de la pandemia en la desigualdad, promover la igualdad de oportunidades y eliminar la pobreza.

“Esperamos que este decálogo pueda contribuir de forma eficaz al debate de los líderes iberoamericanos y de sus grupos de trabajo”, concluyó Escolano.


Trabajo realizado con el apoyo de: Journalism Emergency Relief Fundhttps://newsinitiative.withgoogle.com/journalism-emergency-relief-fund