Porque somos seres sociales, el confinamiento por la pandemia del COVID-19 nos hace extrañar la convivencia, estar en contacto con otras personas, con los amigos, con la familia y esta enfermedad nos está dejando en soledad, con ansiedad, miedo y angustia, así lo considera la terapeuta Genoveva Flores Escobar.
Aunque estudió originalmente arquitectura, Genoveva lleva más de 20 años formándose como terapeuta, estudiando medicina complementaria y especializándose en tanatología, para acompañar a las personas en las pérdidas de todo tipo.
Logoterapeuta y analista existencial, la psicóloga se ha convertido en facilitadora e instructora de varias técnicas de autoconocimiento, como el “Resonance Repatterning”, un método educativo y terapéutico en donde las personas pueden lograr un estado elevado de bienestar, coherencia, conciencia, orden y armonía en todos los aspectos de la vida.
A través de éste método los pacientes pueden transformar sus problemas en oportunidades; resonar con nuevas posibilidades positivas; transformar los patrones conscientes e inconscientes limitantes y expresar el poder de su ser esencial en acción.
También practica el “Jin Shin Jyutsu”, un método terapéutico conocido como “El arte de la felicidad”, basado en la medicina tradicional china que busca calmar el cuerpo y encontrar el equilibrio. “En general, lo que hago es acompañar a las personas en sus procesos de autoconocimiento para que le encuentren sentido a la vida, revisando lo que tengan que revisar”, asevera. “Desde que era muy joven, mi sueño era acompañar a las personas en sus procesos”, indica.
El COVID y la incertidumbre
En entrevista, Genoveva Flores Escobar considera que la pandemia del COVID-19 trastocó la vida en todo el mundo “y la pérdida de nuestros seres queridos nos ha dejado una gran incertidumbre, angustia, desolación, ansiedad, miedo y hasta trastornos de sueño”.
“Hemos perdido desde seres queridos hasta trabajos, negocios, parejas, actividades cotidianas, gustos, etcétera”.
La pandemia ha generado también enfrentamientos familiares, porque de pronto, ante el confinamiento y por la falta de convivencia, algunos hijos se están peleando con sus padres y algunos se están dando cuenta que la persona que creías tu pareja ya no es tu pareja.
“Yo lo que les digo es que hagan una tregua, que se vean como amigos, que traten de llevar las cosas con calma y que una vez que pase todo esto ya que tomen alguna decisión. De momento no es conveniente que tomen decisiones en estas circunstancias”.
—Con respecto a las personas que ha atendido, ¿cuáles han sido sus principales comentarios ante una pérdida o ante la presencia de Covid en algún familiar, cuáles son las principales preocupaciones que tienen y que deben atender con una terapia?
“La primera es esa idea de que Covid es un símbolo de muerte. No siempre va a ser un símbolo de muerte, depende de muchísimas cosas. Entonces lo primero es que no tiene porqué pasar así, si todavía la persona no está grave, hay que esperar, no hay que anticiparse a lo que todavía no pasa”.
“Por otro lado, hay muchísima gente que está falleciendo, sí, es verdad, pero hay que dimensionar esto en un contexto, porque somos un pueblo que comemos en general mal, hay muchísima diabetes, muchísima obesidad, hipertensión. Es decir, no comemos bien y ese también es otro aprendizaje que nos obliga a cambiar nuestro modo de alimentarnos y ser más sanos”.
Es necesario, añade Genoveva Flores, enfrentar el miedo que se tiene a la muerte o a que se vaya el ser querido. Luego, ser conscientes de que hay muchas personas que no pueden quedarse en casa, porque tienen que trabajar, que llevar comida a su familia y finalmente, que existe mucha desinformación. A estas alturas, con tantos muertos en el país, hay gente que aún no cree en la importancia del cubrebocas, refiere.
“Entonces nos falta muchísima educación, saber enfrentar la situación económica y atender el miedo al futuro”.
Ansiedad entre jóvenes
Con un consultorio en la ciudad de Coatepec, la terapeuta se ha tenido que adaptar también a la nueva normalidad y ahora, por esta pandemia, ha privilegiado la atención “on line”, a través de su página en Facebook “Genoveva Flores E terapeuta” o desde su teléfono móvil 22 88 39 33 28.
En las múltiples consultas que ha ofrecido en este tiempo de pandemia, comenta que le han tocado varios casos de ansiedad entre jóvenes de entre 13 y 14 años.
“Los jóvenes tienen ansiedad, porque tienen esa necesidad de los amigos. Quizá mucho más que los adultos. En general todos tenemos necesidad de estar con otras personas”.
—¿En cuánto tiempo se recupera una persona de ansiedad o depresión?
“Depende de cada persona. Cada persona es diferente, cada persona siente de manera diferente. Algunos pueden superar todo muy rápido y hay otros que tienen duelos más difíciles”.
“Hay algunas personas que no pueden llorar, que tienen que hacerse fuertes porque no pueden verse vulnerables o no hay quién te apapache, quién te de diga aquí está mi hombro para que llores, estoy para ti, no lo hay, entonces la verdad es diferente para cada persona. He visto casos que en tres o cuatro meses ya están un poquito mejor, pero cada persona es diferente. En grupos de autoayuda para la ansiedad he visto personas que suben y bajan, suben y bajan y así podemos llevar seis meses de ejercicios”.
Genoveva Flores invita a las personas que hayan sufrido una pérdida a acudir a terapias, para ir sanando y superando la situación. En este momento, por la situación tan difícil que se viven en todo el país, ofrece descuentos del 20 al 25 por ciento y a las personas que no pueden pagar les ofrece tres sesiones gratuitas.
“Son momentos de ser solidarios, de ser empáticos y por ello hay personas que me dicen que necesitan mucho la ayuda y se las damos y en algunas reuniones que estoy ofreciendo lo que hacemos es que pedimos una cooperación voluntaria para que la gente aporte según lo que pueda”.
—¿Y qué tal la nueva normalidad y la atención a distancia, ha sido un reto?
“Pues sí, ha sido un gran reto, porque no se puede entablar un vínculo así como así, a la primera, con otra persona, por medio de una pantalla. Para mí es muy importante la relación de estar cara a cara con la persona, aunque ya he dado muchas sesiones en internet, pero yo sentía que se necesitaba más la cercanía y me he dado cuenta que se puede establecer el vínculo al cien por ciento”.
“El internet ha sido una buena herramienta y estoy muy contenta de que tengamos esta herramienta porque he podido atender gente de Perú, Colombia, Estados Unidos, hasta Francia, de varias partes de la República”.
El COVID, un maestro
Acostumbrada a buscar las oportunidades en las dificultades, por las técnicas terapeutas que utiliza, la maestra Genoveva Flores asegura que el COVID-19 ha sido un maestro “que nos está enseñando muy dolorosamente cómo estamos tratando al planeta, cómo nos estamos tratando entre nosotros”.
“De pronto nos dimos cuenta —a partir de esta estar en nuestras casas, guardados, meditando, viéndonos a nosotros mismos—, qué es lo verdaderamente valioso para cada uno, porque a lo mejor antes no lo veíamos y ahora hemos tenido tiempo para nosotros, para nuestros hijos, para estudiar, para hacer cosas que no hacíamos habitualmente, para cocinar, para comer, para degustar la comida”.
“El COVID-19 también nos ha puesto en contacto con el sufrimiento, el ver a las personas sufriendo al perder seres queridos y todo ese dolor que a mí también me duele. Nos hemos tratado de ver más como humanos. Ojalá que verdaderamente esto no sirva para pensar en nosotros como seres humanos y que todos estamos unidos y que todos podemos hacer algo por todos. Pero a lo mejor se va lograr la vacuna y vamos a salir de esto y vamos a regresar a lo mismo, al consumismo, a la locura de la vida”, expresa.
La terapeuta destaca la importancia de los tratamientos especializados para la gente que está sufriendo estrés o ansiedad. “Es muy importante que la gente acuda con terapeutas para que esa ansiedad no crezca”.
“En muchas ocasiones nosotros no podemos ver más allá de ciertas cosas. Podemos estar enfrascados, viendo la misma piedra negra. Imagínate que estamos enfocados en ver una piedra negra y no podemos ver más acá, entonces el logoterapeuta será como la luz de una lámpara que te va a alumbrar y te va a decir mira voltea a ver aquí o mira voltea a ver esta posibilidad, voltea a verte y ve quién eres, qué haces, qué puedes hacer, entonces eso es pues principalmente para lo que puede servir y que no llegue a exacerbarse y llegue a un trastorno o una enfermedad o más”.
Durante estos últimos meses, Genoveva Flores Escobar ha atendido a muchas personas que perdieron a algún familiar por COVID-19.
“Lo que hace estos duelos tan difíciles es primero que nada lo imprevisto. No se espera uno que esto pueda pasar tan rápido. Además, las personas no pueden despedirse de su ser querido, no pueden hacer rituales, porque los velorios están prohibidos o limitados. No podemos recibir abrazos, condolencias, no podemos tener esa contención de todos nuestros seres queridos para despedir a ese ser”.
“Nadie nos preparó para este momento. Además, cada duelo y cada doliente es único y cada sesión que yo hago es única. Yo entro a las sesiones sin saber nada, sí conozco lo que he estudiado, la técnica, pero entro y me abro a escuchar a la persona, a estar con ella, a acompañarla también. No se puede apurar a una persona a que pase el duelo rápido, ya pasó un mes, ya pasaron dos, ya no llores. Eso no se puede, hay diferentes procesos que se tienen que seguir y cada persona sabe cuándo ya está lista para volver a encontrarle otra vez sentido a la vida”, refrendó.
La terapeuta concluye la entrevista pidiendo a xalapeños y veracruzanos a no dejarse, a no tener miedo, a tomar todos los cuidados que nos piden, el cubrebocas, los lentes, lavarse las manos, no estar en lugares con muchísimas personas, tener esa responsabilidad de cuidar al otro y cuidarme yo, pero hacerlo con conciencia que podemos hacer la diferencia si tenemos esos cuidados.
Trabajo realizado con el apoyo de: Journalism Emergency Relief Fundhttps://newsinitiative.withgoogle.com/journalism-emergency-relief-fund