En el regreso a clases deben tomarse en cuenta todas las medidas de seguridad necesarias pero también debe aplicarse un referente educativo innovador y transformador, sin volver a los modelos del pasado, aseguró el secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), Mariano Jabonero.

Creo que todos somos conscientes de que estamos educando en un nuevo contexto y un momento histórico muy diferente ante el cual hay dos posibles reacciones: Una respuesta improductiva, en la que nos dejamos llevar por la inercia de volver al modelo educativo previo, el cual todos criticábamos y calificábamos como insuficiente, ineficiente y que ha aportado una evolución educativa lenta e insatisfactoria, que llevaba en algunos casos al abandono prematuro de la escuela por parte de muchos niños, niñas y adolescentes, así como a una inserción laboral bajísima. Mientras que la otra alternativa es una apuesta por la transformación y el cambio, para enfrentar el futuro de manera decidida y con determinación, afirmó.

Durante el webinar “Más allá de la COVID-19: una nueva educación para un nuevo mundo”, realizado en conjunto por ProFuturo y la OEI, indicó que es necesario modificar los roles y las nuevas competencias para los docentes, quienes van a tener que trabajar sí o sí en un modelo educativo híbrido, presencial y generalizadamente a distancia.

Además, comentó, se debe tratar de eliminar la brecha digital para que todos tengan acceso a la educación en línea, que es esa gran ventana de oportunidades que se abre en el ámbito educativo, en el social y en el personal y por último hay que trabajar con herramientas de enseñanza propias para llevar a cabo esas transformaciones.

“No podemos caer en la caricatura de educación remota, en la cual se reproduzca en un modelo a distancia lo que se hace presencialmente, con un señor en televisión que habla y habla exactamente lo mismo que haría enfrente del aula. Creo que ese no es el modelo y no produce ningún cambio significativo, falta por tanto una apuesta por un cambio metodológico de importancia”.

Jabonero indicó que los alumnos tienen que aprender lo que sea necesario realmente y eso supone un cambio curricular, por lo que estos currículums enciclopédicos actuales, que son francamente imposibles de abarcar, deben de ser sometidos a un proceso de revisión en términos de competencias y de lo que es una sociedad digital, lo que implica una educación adaptada al siglo XXI.

Expuso que la pandemia ha puesto de manifiesto lo que “nos avergüenza, evidenciando aquello que no queríamos o sabíamos reconocer”: que nuestros alumnos tenían un acceso limitado a los sistemas digitales, y que existe una inequidad grave, perpetuada a través de la desigualdad educativa y social.

Tenemos que seguir invirtiendo en educación, no solamente más, sino mejor, en proyectos de continuidad y equidad educativa, y debemos recuperar el aprendizaje perdido por los alumnos que durante el confinamiento han quedado privados de educación, así como recuperar los alumnos que se han perdido y se están perdiendo porque están abandonando la escuela y que son precisamente los que más necesitan de la educación, aseveró.

También hay que garantizar la inclusión educativa a través de sistemas digitales e incrementar la capacidad de adaptar nuestros sistemas educativos al contexto real de los países, afirmó.

El alto funcionario de la OEI manifestó la importancia de ser pertinentes al elaborar los modelos educativos, ya que deben tomar en cuenta los intereses y necesidades de los alumnos y su capacidad de discernimiento profesional, para incrementar la capacidad de productividad de la región, “porque si Iberoamérica no se convierte en una región verdaderamente productiva, no vamos a avanzar en líneas de desarrollo, de inclusión y de cohesión social. Esta es una apuesta finalista muy importante”.

A su vez, la directora general de ProFuturo, Magdalena Brier, explicó que los docentes tienen un papel prioritario en la transformación educativa y social y recordó que estos meses de crisis han generado un amplio debate global sobre la educación, sobre su importancia, pero también sobre la necesidad de transformar los sistemas educativos para adaptarlos a la sociedad.

“Después de la COVID-19 nos tocará recuperar lo que se ha perdido, por ejemplo en lo relativo al acceso a la escuela. Vamos a tener que ser todavía más eficientes con los recursos que tenemos, ya que han surgido otras prioridades de inversión, como son la salud y el empleo, y a la vez nos toca seguir pensando en el modelo de educación que queremos y necesitamos para el mundo en el que nos ha tocado vivir”.

Brier reflexionó que una sociedad global y tecnológica, como en la que vivimos en el siglo XXI, necesita de docentes digitales, con competencias específicas para poner la tecnología al servicio de un modelo pedagógico e introducirla en el aula, con el fin de mejorar la calidad de la enseñanza.

“Volvemos una vez más a poner la mirada en los docentes, porque son activadores del aprendizaje y por tanto una pieza elemental para lograr un cambio significativo en la calidad educativa”, concluyó.


Trabajo realizado con el apoyo de: Journalism Emergency Relief Fundhttps://newsinitiative.withgoogle.com/journalism-emergency-relief-fund