La nueva modalidad educativa implementada en el país y en Veracruz, debido a la pandemia del COVID-19, sigue siendo compleja y cumplir los planes de trabajo ha representado un reto sin precedentes entre docentes y alumnos, así lo considera la profesora Alejandra Hernández López.

Pedagoga de formación, egresada de la Universidad Veracruzana, con 25 años trabajando en educación especial en Centros de Atención Múltiple (CAM), quien actualmente se desempeña en la Unidad de Servicio y Apoyo a la Educación Regular (USAER) campus Xalapa, indica además que esta nueva dinámica les ha obligado a invertir más tiempo, no sólo para las clases en línea, también para la capacitación.

La docente que brinda apoyo a alumnos que presentan algún tipo de discapacidad o barreras para el aprendizaje y la participación y que ha desarrollado actividades en el Sindicato de Trabajadores de la Educación (SNTE) desde hace varios años, donde es Secretaria de Patrimonio Sindical de la Sección 32, dijo que el sistema educativo nunca había sufrido una situación como la actual, con tanto tiempo de clases suspendidas de manera presencial.

“Desde marzo hemos estado haciendo nuestros deberes desde casa, buscando estrategias y alternativas adecuadas a nuestros alumnos y a sus condiciones especiales; creo que ningún sector de la sociedad estaba preparado para algo así, creo que es histórico, a lo más se dieron suspensiones por uno que otro día por cuestiones climáticas, pero no más”.

“Definitivamente nadie estaba preparado para una pandemia así; yo pienso que quienes somos adultos, sobre todo los docentes, tuvimos que enfrentar de la mejor manera posible la situación, porque somos quienes tenemos que guiar a nuestros alumnos, y debemos trasmitirles que, a pesar de la distancia seguimos cerca de ellos; eso es muy importante, hacerles sentir que estamos ahí, ya sea por medio de un mensaje o una llamada, o detrás de la pantalla; les enseñamos que si nos cuidamos y asumimos todos una responsabilidad colectiva podremos superar esta etapa y volver a nuestras escuelas”.

“En el caso de los docentes yo creo que sí fue muy preocupante el cómo íbamos a trabajar con nuestros alumnos, porque para nosotros es muy importante el vernos, acompañarlos en su proceso de aprendizaje, verlos a los ojos nos intercomunica con ellos de tal manera que es más fácil que entiendan lo que se les pide que realicen; para nosotros es de vital relevancia su lenguaje corporal para el proceso educativo, pues ello nos dice a veces más que lo que puedan emitir con sus labios; sin embargo, ahora tuvimos que recurrir a tecnologías que en cierta forma nos mantiene distantes de ellos, por lo que debemos hacerles sentir que seguimos a su lado en su formación”, expresa.

Dijo que antes de agosto tuvieron que cerrar el ciclo anterior con algo así como ensayo y error, pues nos enfrentamos de inmediato a una nueva modalidad para la cual no estaba preparada ninguna persona; pero a partir del presente ciclo escolar mejoramos las estrategias a implementar, para lo cual hemos tenido capacitación, además de buscar alternativas de aprender lo que no sabíamos del uso de tecnologías digitales, así como utilizar cualquier recurso en casa para poder llegar a nuestros alumnos.

Reconoce que hay alumnos que no tienen manera de comunicarse de manera electrónica: internet, computadora o teléfonos inteligentes. “Para ellos hacemos visitas una vez a la semana hasta sus hogares para llevarles material impreso, se interactúa con el educando, siempre contando con el apoyo que brindan los padres de familia, para lograr la triangulación alumno-maestro-madre/padre, lo que nos ha hecho valorar a madres y padres, quienes han sabido asumir esa parte de mayor responsabilidad en atender a sus hijos para que sigan estudiando en sus casas”.

Expresa que la conducta de sus alumnos es variada, “pues hay casos de alumnos con barreras para el aprendizaje para quienes el encierro les ha creado tremenda ansiedad, pues están acostumbrados a socializar; para ellos abordamos con el área de psicología de la USAER, para poder trabajar en conjunto con los padres la cuestión socioemocional de los chicos, brindándoles estrategias para atenuar la sensación de encierro; la otra cara de la moneda es que hay chicos con autismo, para quienes la socialización es un problema constante, me han comentado sus familiares que se encuentran felices, trabajando solos ante la computadora, y no se ven forzados a salir a la calle y contactar con más personas”.

Indica que como tal, la situación del COVID-19 le creó ansiedad, “lo que la creó fue el cómo iba yo a atender ahora a mis alumnos, por la importancia de la manera presencial en que deben ser atendidos. La SEV apostó que se debía atender desde casa, pero dando por contado que había dispositivos electrónicos, lo que ha evidenciado que al docente jamás se le podrá sustituir al frente de un aula; esa era mi mayor preocupación, no poder atender de manera efectiva las necesidades de aprendizaje de cada uno de mis alumnos”.

Dijo que para ello, en acuerdo con la escuela donde labora como maestra de apoyo, “buscamos alternativas y medios necesarios para que ninguno de mis alumnos careciera de atención; llegamos a casa de aquellos que no cuentan con medios electrónicos, para dar continuidad a su proceso formativo”.

“Como docentes, somos empáticos respecto a las condiciones económicas en que viven algunas de las familias de nuestros chicos, de ahí la necesidad que buscar maneras en que se pueda brindarles apoyo”.

“Para hacer conciencia de la situación, es nuestro deber como docentes y como ciudadanos hacer partícipes a los demás que si pensamos en nosotros mismos pensamos y nos preocupamos por los demás; todavía seguimos viendo gente que no cree que la pandemia exista; es por eso que debemos ser empáticos y solidarios, tener en cuenta que lo que le pase a uno le puede afectar a la colectividad, es una cadena”.

“En el plano sindical, desde el inicio de la pandemia, mantenemos la permanente campaña a la comunidad educativa, padres y alumnos, ‘Quédate en casa y quédate en clase’, por medio de la cual hacemos llamado al público en general a mantener la guardia ante el COVID”, dijo.

Alejandra Hernández López considera que el SNTE mantiene un permanente acompañamiento con las autoridades estatales y nacionales, para ello, entre otras cosas, se ha realizado donaciones de materiales, insumos, para hospitales, sobre todo los del ISSTE; nuestra tarea es coadyuvar con las autoridades para preservar la salud de la ciudadanía en general, para lo cual mantenemos vigente una base de población vulnerable entre nuestros compañeros docentes, como diabéticos, hipertensos, embarazadas, entre otros, ante la casi inminente posibilidad de que el año que viene se regrese a las aulas.

“A nuestras autoridades competentes, a ocho meses del inicio de la pandemia creo ya es tiempo suficiente para redirigir las estrategias de sanidad, debido al continuo crecimiento de casos de contagios así como de decesos; quizás mediante medidas más drásticas, para que la población atienda de manera real las sugerencias del protocolo de salud”, expone.

“Sociedad y gobierno debemos cambiar ya nuestras actitudes, asumiendo nosotros los controles sanitarios con responsabilidad, y las autoridades revisando si los controles sanitarios funcionan o no, y cómo mejorarlos para mantener a salvo a todos, parando con ello la cadena de contagios latente”, indica.

Para la maestra Alejandra Hernández López de esta pandemia debemos salir como mejores personas, mejores seres humanos, mejores madres y padres, mejores docentes y trabajadores en general, valorar todo lo cotidiano; “antes del COVID-19 mucha gente se quejaba de falta de tiempo, ahora vemos que tiempo hay al estar en otras circunstancias; estamos en una época de confinamiento que ha sido muy aleccionador, pero ello no impide valoremos todo lo que nos rodea”, concluyó.


Trabajo realizado con el apoyo de: Journalism Emergency Relief Fundhttps://newsinitiative.withgoogle.com/journalism-emergency-relief-fund