México es el país con mayor número de miembros del personal médico que han fallecido como consecuencia del COVID-19, sin embargo, a pesar de ser quienes se encuentran en la primera línea de atención de la población que padece dicha enfermedad, el Gobierno de México ha marginado a parte del personal de salud que se encuentra expuesto al contagio, dando preferencia a los Servidores de la Nación, quienes son los operadores de programas sociales del Gobierno Federal, así como a maestros de escuelas públicas que no se encuentran dando clases.
Alrededor del mundo existe consenso de que el primer grupo poblacional que debe recibir la vacuna contra el COVID-19 es el personal médico, por encontrarse permanentemente expuesto al contagio durante la realización de sus funciones. Esa política ha sido aplicada en todos lados. Excepto en México, en donde 233 mil 152 miembros del personal médico han contraído el virus, la cifra más alta en el mundo.
En este mes de abril, México superó a los Estados Unidos como el país con mayor número de miembros del personal médico fallecido durante la pandemia, al contabilizar, de acuerdo con cifras oficiales, 3 mil 699 fallecidos; sobre los 3 mil 607 de nuestro vecino del norte, que se ubica en segundo lugar global, de acuerdo con cifras reveladas por Bloomberg.
Sin embargo, la semana pasada, el presidente Andrés Manuel López Obrador refirió que el personal médico que trabaja en el ámbito privado debe esperar, negándoles la vacuna a pesar de constituir el grupo más expuesto a la enfermedad y que brindan un servicio público a la sociedad, aun cuando no sea desde las institucionales de salud del Gobierno.
Ser un médico privado no debería ser una razón para ser discriminado pero en México lo está siendo.
Mientras al personal médico del sector privado que arriesga su vida para atender a la población se le regatea el acceso a la vacuna, el Gobierno Federal ha inmunizado primero a Servidores de la Nación, quienes no atienden ni están en contacto con la población afectada por la pandemia, sino que son operadores de programas sociales del Gobierno.
Asimismo, el día de hoy martes, comienza la vacunación de maestros en Veracruz, en donde ningún profesor se encuentra dando clases presenciales. Ni siquiera hay fecha probable para el regreso a las aulas. Sin embargo, se les vacunará antes que al personal médico privado que atiende, diariamente, a la población, exponiendo su salud y la de sus familiares por realizar su trabajo.
Apenas la semana pasada, un informe elaborado a solicitud de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para analizar la respuesta de México al COVID-19, concluyó que el manejo negligente de la pandemia por parte de las autoridades federales ocasionó la muerte de alrededor 190 mil personas más durante 2020 pues, de haber tenido un desempeño promedio en el manejo de la crisis sanitaria, éstas se habrían evitado.
En el informe “La respuesta de México al COVID-19: Estudio de caso”, elaborado por Institute of Global Health Sciences por encargo de la OMS, se exhibió que México ha tenido un manejo político, no científico, de la pandemia.
Un ejemplo de esas decisiones sin sustento científico es la de bloquear el acceso a la vacuna contra el COVID-19 al personal médico privado.
En ese sentido, el informe de la OMS captó con claridad el problema, al sostener que “Existen también preocupaciones sobre el uso partidista y electoral del programa de vacunación, sobre todo por decisiones que no siguen una lógica de salud clara, como dar prioridad a las áreas rurales y a maestros en un estado con una carga de enfermedad relativamente baja, mientras que la vacunación de los trabajadores de la salud continua incompleta”.