El COVID-19 ha venido a tambalear el mundo en diferentes aspectos. Mientras la población sufre miedos, incertidumbres y pérdidas, el sector salud se encuentra al pie del cañón luchando contra la infección, el sector económico trata de adaptarse a la nueva normalidad, las autoridades trabajan en la implementación de medidas para disminuir el número de contagios y muchos de nosotros nos limitamos a informarnos de lo que sucede a nuestro alrededor, a través de una pantalla.
En medio de esta crisis no debemos olvidar la importancia que ha tenido el periodismo durante esta pandemia. Los periodistas luchan también por mantener a la población informada, porque una de las más grandes herramientas para detener la propagación del virus, es el correcto uso de la información.
Junto a los lamentables fallecimientos, las bajas económicas, la distancia social, y la incertidumbre, uno de los golpes más fuertes durante estos últimos meses ha sido el de la desinformación, la cual ha pegado duro en las medidas que las autoridades han implementado para contener la infección.
Esta desinformación también ha aumentado la desconfianza entre los ciudadanos, lo cual representa un grave problema dada la situación actual pues han surgido movimientos como el grupo anti-vacunas, que al lograr convencer con su narrativa infundada, podría desencadenar distintos problemas de salud entre la población.
La desinformación no es propia de este 2020 ni de la pandemia. La digitalización de la comunicación ha tenido un gran peso y la polarización de la información pública ha propiciado un terreno fértil para las “Fake news”. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha iniciado campañas alrededor del mundo para contrarrestar este problema de comunicación.
De acuerdo a un artículo publicado por la OMS1 “la desinformación es la información falsa o incorrecta con el propósito deliberado de engañar. En el contexto de la pandemia actual, puede afectar en gran medida todos los aspectos de la vida, en particular la salud mental, habida cuenta de que las búsquedas en internet de información actualizada sobre la COVID-19 se han disparado de 50% a 70% en todas las generaciones.”
Según datos del mismo artículo, “se han subido alrededor de 361.000.000 videos en YouTube en las categorías de “COVID-19” y “COVID 19”, y desde que comenzó la pandemia se han publicado cerca de 19.200 artículos en Google Scholar. En el mes de marzo, unos 550 millones de tuiteos incluyeron los términos coronavirus, corona virus, covid19, covid-19, covid_19 o pandemia.” (Organización Panamericana de la Salud, 2020)
En entrevista2 para El Universal (2020), el doctor Juan José Sánchez Sosa, de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México, menciona que “la sociedad es la primera en contribuir con la propagación de la ‘infodemia’, pues, la gran mayoría de personas replica casi automáticamente la información que reciben a través de avisos que no solicitaron a su dispositivo móvil. Noticias que muchas veces son creencias totalmente sesgadas o información falsa, y en vez de usar el tiempo en cotejar si el contenido es real, simplemente, empiezan a difundirlo”. (Lebrija & Sánchez, 2020)
También señaló que otro de los problemas sobre este fenómeno de comunicación es que si una noticia es publicada en diferentes medios, se piensa como verídica: “con que una persona vea en dos, tres o cuatro fuentes diferentes información similar, empieza a creerla, y eso sólo provoca que las noticias falsas se conviertan en una costumbre dentro de las sociedades humanas. Si se oye una mentira muchísimas veces, hay gente que empieza a creerla como si fuera verdad”. (Lebrija & Sánchez, 2020)
La información inexacta, a medias o falsa, sobre todos los aspectos de la enfermedad, como el origen del virus, la causa, el tratamiento y el mecanismo de propagación han estado presentes en nuestro día a día a través de las distintas plataformas digitales.
La desinformación puede difundirse y asimilarse muy rápidamente, generar eco y dar lugar a cambios de comportamiento que pueden llevar a que las personas tomen mayores riesgos.
“Todo esto hace que la pandemia sea mucho más grave, perjudique a más personas y ponga en peligro el alcance y la sostenibilidad del sistema de salud mundial”. (Organización Panamericana de la Salud, 2020)
En el 2018 fue publicado un artículo por la revista The Atlantic, “Cómo la desinfodemia propaga la enfermedad”3 donde mencionan que ahora la enfermedad también se propaga a través de redes sociales y los resultados de Google, por lo que en todo el mundo, la desinformación digital está teniendo cada vez más repercusiones catastróficas en la salud de la población.
En Estados Unidos han surgido nuevos casos de sarampión, que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de aquel país habían declarado eliminados en el año 2000, lo cual podría deberse a la desinformación acerca de las vacunas y la desconfianza que se crea en la población (Gyenes & Mina, 2018).
Aunado a esto, la antropóloga Heidi Larson (2018), quien trabaja en la confianza y en la desinformación de las vacunas dijo en un artículo publicado por la revista Nature4 que, de los 4 mil 183 niños cuyas muertes se confirmaron como relacionadas con la influenza en Estados Unidos, el 80% no había sido vacunado esa temporada, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de aquel país y predijo, usando específicamente esa palabra, que “el próximo brote importante, ya sea de una cepa de influenza altamente mortal o de otra cosa, no se debe a la falta de tecnologías preventivas”.
“En cambio, el contagio emocional, habilitado digitalmente, podría erosionar la confianza en las vacunas tanto como hacerlas discutibles. La avalancha de información contradictoria, desinformación e información manipulada en las redes sociales debe reconocerse como una amenaza mundial para la salud pública”. (Larson, 2018)
Contener la “desinfo-demia” requiere de un esfuerzo conjunto, tanto de un sentido de responsabilidad individual como de conciencia colectiva, porque en una era de desconfianza, de lagunas de información y de falta de fuentes confiables, resulta difícil distinguir entre datos documentados y noticias basados en hechos reales, como en los ecos de noticias que solo buscan propiciar un clima de especulaciones y rumores para sacar algún tipo de ventaja política, económica o social.
Pero, ¿cómo atacar a este virus de comunicación digital? citando al Secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres5, quien menciona a través de un video que la vacuna ante este problema es la confianza y en primer lugar, confiar en la ciencia. (CINU México, 2020, 03:15–05:21)
Por otra parte, la CNDH publicó un artículo6, con diferentes propuestas para hacer frente a esta epidemia de desinformación y ha señalado acciones aplicables en diversos ámbitos para fomentar las prácticas a favor del derecho a la libertad de expresión y al derecho a la información veraz y oportuna: (CNDH et al.) (2019)
Ámbito de agentes estatales
1. Creación de órganos supervisores en materia de “noticias falsas”.
Este deberá estar adscrito a la Secretaría de Gobernación, cuyo objetivo principal será verificar que la difusión de noticias provenientes de fuentes gubernamentales sean de fuentes fiables, verídicas y reconocidas, así como informar sobre el respeto de los derechos humanos de las personas objeto de noticia.
2. Creación de una cartilla sobre derechos digitales vinculados a la libertad de expresión.
Se propone que el Estado realice cartillas informativas respecto a campañas de cómo prevenir y hacer frente a la desinformación, con una comunicación apta para niños, adolescentes y adultos.
3. Eventos de difusión en conjunto con periodistas de medios nacionales o estatales
Realizar tanto de parte del gobierno federal, como del estatal, en conjunto con medios de comunicación nacionales o locales, y organizaciones civiles, campañas especializadas en materia de libertad de expresión y defensa de derechos digitales, foros o conferencias donde se den a conocer técnicas para identificar una “noticia falsa”, sin llegar a ser restrictivos con la libertad de expresión.
4. Prevención de actos contrarios el derecho a la libertad de expresión por parte de autoridades federales y estatales.
Impartir cursos de capacitación a los diferentes sectores de gobierno enfatizando en los diferentes ámbitos y temas de cada uno, acerca de las noticias falsas, su importancia en la estigmatización y cómo estas pueden afectar y violentar al sector periodístico.
5. Legislar con un enfoque de derecho internacional de los derechos humanos relativo a la libertad de expresión en el espacio digital.
Se refiere a la creación de leyes dentro del ámbito de la libertad de expresión y derechos digitales, observando las recomendaciones de Instrumentos internacionales y regionales de los derechos humanos.
Ámbito periodístico
6. Establecer estrategias y herramientas de medios periodísticos para combatir las “noticias falsas”.
Se propone que los medios de comunicación en conjunto opten por desarrollar aplicaciones o páginas web, en donde, con base a estándares universales y respetando los derechos humanos de libertad de expresión, se pueda identificar con mayor facilidad si en realidad ciertas noticias que se difunden a través de internet, son verídicos y parte de verdaderos estudios periodísticos con protocolos de investigación.
7. Que se incentive a los medios de información el no difundir noticias falsas.
Incentivar por medio de estímulos, homenajes o premios la correcta realización de noticias, basadas en datos verídicos, la investigación de calidad y la confirmación de la información que se difunda, esto con el fin de buscar la progresividad en materia de transparencia.
8. El refuerzo en sus Códigos en Ética relacionados con la publicación de información
Se propone que los medios de comunicación creen Códigos de Ética en sus respectivos medios o si ya cuentan con uno, que en sus códigos incluyan que, al momento de realizar un contenido periodístico, prevalecerá la veracidad de la investigación y no la desinformación deliberada bajo presiones de cualquier tipo, igualmente que se establezca que, si un colaborador incumple con el mismo, sea revisado por un Comité del mismo medio para que en dado caso se ofrezca cursos respecto al derecho a la información, libertad de expresión y noticias falsas.
Ámbito en materia de personas defensoras de derechos humanos
9. Actividades de promoción
Se propone que tanto en Comisiones Estatales de Derechos Humanos, como en Organismos no gubernamentales, se realice material didáctico, actividades o campañas en conjunto con medios periodísticos para informar a los usuarios de internet acerca de la importancia de, antes de compartir una publicación en Facebook o dar retuit en Twitter, verificar la información en otros medios de comunicación y destacar, que no por el hecho de que esa noticia sea viral, implique que sea verdadera.
Ámbito académico
10. Implementar en alumnos de todos los niveles de educación, programas de estudio el tema de redes sociales y “noticias falsas”, bajo la perspectiva del derecho internacional de los derechos humanos.
Se refiere a elaborar un temario con objetivos generales y específicos, así como material didáctico conforme al nivel escolar del alumno, que incluya el tema de las “noticias falsas” y las redes sociales, señalando a las autoridades encargadas de llevarlas a cabo y supervisarlas con la finalidad de que los docentes, en cualquier nivel de educación, expliquen y analicen con los alumnos estos temas.
11. Espacios académicos para la discusión y divulgación del tema de campañas de desinformación y libertad de expresión.
Se propone la creación, en colaboración con organismos especializados en libertad de expresión, de espacios para la divulgación y debate en materia de campañas de desinformación, enfatizando el tema de los derechos y limitaciones bajo la perspectiva nacional, regional y universal del derecho internacional.
12. Realizar una investigación sobre las políticas públicas en materia de derechos digitales y el derecho a la libertad de expresión.
Colaborar en la creación de informes o investigaciones acerca de campañas de desinformación en México y el impacto mediático que han tenido desde la creación del internet y el auge de las redes sociales, bajo una perspectiva del derecho internacional de los derechos humanos.
El internet ha acabado con la idea de emisor/receptor dentro de la comunicación pues ha dado la posibilidad de generar una infinita red de conexiones horizontales, verticales y diagonales, donde circulan memes, videos, mensajes privados, noticias, opiniones. Muchos sitios dedicados a informar, han querido adaptarse a las redes sociales, haciendo uso del tono apocalíptico, queriendo inflar visitas a través de notas que no siempre son verídicas, saltándose protocolos de investigación y hasta sus propios principios.
Es así como se propone fomentar un clima de apoyo mutuo entre los distintos actores del medio, para contrarrestar los efectos de la “desinfo-demia” y en su lugar, construir puentes, para mantener a la sociedad informada con hechos contundentes y datos duros que contribuyan a la mejora de las sociedad y las políticas públicas.
Katia Dorantes
(1) Organización Panamericana de la Salud. (2020, 30 abril). Entender la infodemia y la 1 desinformación en la lucha contra la COVID-19. Publicaciones Generales. https://iris.paho.org/ bitstream/handle/10665.2/52053/Factsheet-Infodemic_spa.pdf?sequence=14&isAllowed=y Lebrija, M., & Sánchez, J. J. (2020, 11 mayo). ¿Qué significa «infodemia»? El Universal.
(2) Lebrija, M., & Sánchez, J. J. (2020, 11 mayo). ¿Qué significa «infodemia»? El Universal. 2 https://www.eluniversal.com.mx/ciencia-y-salud/que-significa-infodemia-y-como-podemoscuidarnos-de-ella
(3) Gyenes, N., & Mina, X. (2018, 30 agosto). How Misinfodemics Spread Disease. The Atlantic. 3 https://www.theatlantic.com/technology/archive/2018/08/how-misinfodemics-spread-disease/ 568921/
(4) Larson, H. J. (2018, 16 octubre). The biggest pandemic risk? Viral misinformation. Nature. 4 https://www.nature.com/articles/d41586-018-07034-4? error=cookies_not_supported&code=d467b084-cb70-49ff-8bdd-b6a2a58eec1f
(5) CINU México. (2020, 14 abril). La peligrosa epidemia de desinformación. [Vídeo]. YouTube.
(6) https://www.youtube.com/watch?v=yAxT0uL3FdQ&feature=youtu.be CNDH, Santiago Juárez, R., Adame, C. A., & Palacios Farfán, C. I. (2019). REPORTE SOBRE 6 LAS CAMPAÑAS DE DESINFORMACIÓN, “NOTICIAS FALSAS (FAKE NEWS)” Y SU IMPACTO EN EL DERECHO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN. CNDH México. https://www.cndh.org.mx/ sites/default/files/documentos/2019-11/Reporte-Noticias-Falsas-Impacto.pdf
Trabajo realizado con el apoyo de: Journalism Emergency Relief Fund https://newsinitiative.withgoogle.com/journalism-emergency-relief-fund