Atraer y conservar la atención del alumno durante las clases a distancia es uno de los grandes retos que impuso la pandemia a los docentes, consideró Andrei Dorantes Sánchez, quien ejerce como maestro de química en la Escuela de Bachilleres Artículo 3º Constitucional y cuenta con un cargo en el laboratorio en la Escuela Secundaria Número 2 Julio Zárate, ambas instituciones ubicadas en Xalapa.

Las clases virtuales redujeron el nivel de atención que nos prestan los alumnos, ya que en el salón, aunque siempre puede haber algunos distraídos, uno suele tener alrededor del 90 por ciento de la concentración, pero con la pandemia se redujo el impacto de lo que queremos transmitir y nos cuesta más llegar a ellos, señaló.

“A pesar de que los estudiantes tienen conocimientos tecnológicos, muchos no saben enfocarlos en las lecciones ni en lo que nosotros les intentamos hacer llegar, porque a veces aunque están frente a sus aparatos, en realidad están en otras cosas que no tienen nada que ver con la educación”.

Explicó que, como maestro, el año pasado utilizó diferentes herramientas para impartir sus clases a distancia: Edmodo, para distribuir información; el correo electrónico, por el que los alumnos le hacían llegar archivos grandes; YouTube, para impartir clases, y WhatsApp donde les daba información a los jefes de grupo para que la distribuyeran con sus compañeros, en caso de que no les llegara algo a los correos.

Edmodo me resultó una herramienta muy útil para hacerle llegar a los alumnos información de manera clara y precisa, así como para aplicar cuestionarios y este año estoy pensando en usar Google Classroom, refirió.

“Además, usaba YouTube para realizar transmisiones en vivo, porque me comprometí a darles a los alumnos clases virtuales la mayoría de los días de la semana, para que no perdieran la constancia y por consiguiente el interés. Algunos maestros utilizan plataformas como Google Meet o Zoom, pero en mi caso me gustó más YouTube, porque no es necesario que los estudiantes tengan una cuenta, por lo que pueden llegar, sentarse, encender su celular y a partir de un link entrar a clase. La desventaja es que no nada más había alumnos en mi clase, gente externa también la veía”.

“En mi caso, intentaba darles clases tres o cuatro veces a la semana de forma virtual y también intenté ponerme en contacto con todos mis estudiantes vía correo electrónico, mientras que el WhatsApp solamente lo usaba con los jefes de grupo, porque consideramos que esta aplicación es más personal y quisimos profesionalizar más la educación”.

En una entrevista realizada a través de medios virtuales, Andrei Dorantes reconoció que la preparación de una clase a distancia es muy diferente de una clase presencial: “de hecho, un número muy limitado de mis compañeros usó la transmisión en vivo”.

“En mi caso, yo intenté compactar algunos contenidos, porque los niños de hoy requieren información eficaz, rápida, compacta y que dé respuesta directa a sus dudas. Como ejemplos, tenemos las formas de transmisión que actualmente tienen éxito, TikTok, videos de Facebook o los memes, que constituyen pequeñas capsulas de información”. 

“Derivado de lo anterior, intenté compactar lo más posible, apoyándome en herramientas como PowerPoint o Autodesk (una especie de pizarrón digital), para no alejarme de los contenidos clave que vienen en mis programas y adaptarlos de tal manera de que mis alumnos no perdieran la atención, sobre todo porque mis clases no excedían de la hora. Si yo hubiera dado clases de dos horas o más tiempo, los asistentes hubiesen perdido el interés”.

“En ese sentido, intenté adaptar mis contenidos y aprovechar las herramientas tecnológicas a mi favor, para que mis alumnos mantuvieran su atención. De forma presencial los estudiantes pueden preguntar, están más atentos y si tienen alguna duda puedes acercarte a ellos, pero en este caso muchos no daban su opinión y solamente un número muy reducido dejaba un comentario con alguna pregunta, por lo que tenía que ver como acercarme a ellos”.

Relató que otro de los grandes retos de la educación a distancia es la evaluación del estudiante, misma que debe ser diaria y no solamente por medio de un examen. “En ese sentido, las herramientas que usé me daban algunas opciones para valorar ese desempeño, pero el problema es que no todos los alumnos cuentan con los instrumentos digitales para poder estar presentes en una clase o contestar alguna prueba a distancia.”

“Por ejemplo, yo ponía por Edmodo un cuestionario que se resolvía por el celular o la computadora, pero de mis 180 alumnos solamente 90 contestaban esa encuesta, ya fuera por desinterés, por cuestiones técnicas u otros problemas. Aún así, no se evaluaba de manera amplia su desempeño, porque no tenemos la infraestructura para llegar a todos los alumnos”.

Para el maestro de Química, se puede poner una prueba a distancia, pero la evaluación no se da al 100%, como sucedía de manera presencial. “Esta es una grave problemática que tenemos en este momento, porque nuestra infraestructura no nos permite valorar el desempeño por completo, algo que cuanto estábamos en forma presencial intentábamos fortalecer”.

“Hace dos años yo pedía una línea del tiempo o una revista, y el alumno tenía más interés porque al estar con ellos les inculcaba que le pusieran creatividad y los guiaba sobre lo que podían incluir. Sin embargo, ahorita les pedí el mismo trabajo y noté que el desempeño iba bajando, porque no tenían tanto interés como cuando estábamos presentes los maestros”.

En el caso de los exámenes, relató, tenemos herramientas para aplicarlos, pero me llegaron a tocar alumnos que me dijeron cosas como: No teníamos internet, no tenía el celular o no me prestaron el celular, estoy trabajando o mis papás no tienen para el internet… Cosas por el estilo, algunas derivadas también de la pandemia. “Aún así buscamos las formas de mantener el conocimiento en los alumnos, a pesar de que somos conscientes que no podemos llegar a todos”.

Andrei consideró que otro de los retos que se enfrentarán en el nuevo curso escolar es la organización de las familias, porque el programa Aprende en casa 2 indica que las clases pueden ser televisadas, pero ¿qué pasa con los papás que tienen más de un hijo y sola televisión? ¿cómo le van a hacer para organizarse en cuestiones de contenidos? ¿uno verá la tele en un momento y el otro niño en otro momento?

“El  uso de las nuevas tecnologías como medio para impartir clases hace que la educación ya no sea gratuita, así que estamos buscando cómo llegar a todos, no sólo por internet. Por ejemplo, una iniciativa que surgió entre marzo y abril fue que los maestros de los lugares más alejados transmitieran la clase por radio, pero no se hace en todos lados, porque ciertamente las limitaciones del país no nos permiten hacer un impacto tan grande en los alumnos”.

El maestro recordó que, en este proceso de pasar de educación presencial a distancia,  los maestros han recibido apoyo de diferentes fuentes. “Hace dos años la Secretaría de Educación Pública (SEP) repartió a los profesores cuentas de Office 265, para que pudiéramos usar Word, PowerPoint, Excel y otros programas de forma gratuita en sus versiones finales, algo que se reforzó después del inicio de la pandemia. Además, Google hizo una mancuerna con las autoridades educativas para respaldarnos con ciertas herramientas”.

“También nos han impartido webinars y tutoriales, que si bien no son tan amplios, resultan un respaldo a la hora de organizar una clase virtual, y los mismos docentes hemos generado una especie de comunidad de apoyo en la escuela, en la que ayudamos a muchos compañeros que tenían ciertos problemas con la tecnología y que ahora ya la están manejando”.

Finalmente, recordó que todo sucedió de manera muy rápida, pero la pandemia hizo que los maestros cambiaran su forma de ver la educación. “Pasamos a ser más empáticos con nuestros estudiantes y estamos rectificando muchas cosas que se hicieron mal al dar los contenidos a distancia, hemos aprendido a acercarnos mejor al alumno y a ser más formales en la entrega y recepción de la información. Nos estamos adaptando”.


Trabajo realizado con el apoyo de: Journalism Emergency Relief Fundhttps://newsinitiative.withgoogle.com/journalism-emergency-relief-fund